Simple y grácil,
dinámica y antigua,
esa es tu estampa.
Con la levedad de tu aire
acaricias mi cara.
aldea verde y romántica,
me haces llegar a mi interior
con tu exterior de magia.
Dibujas en mi tus círculos,
tus cuadrados y tus planos,
en geometría dúctil y prolífera.
Recorro tu geografía,
y le dás vida a mi alma.
Sigo rondando tus calles
y en cada rincón hay un sueño,
sueño de antepasados empeñados
en que te mostraras airosa,
así estás, ansiosa, esperando un visitante
que quiera ver tu vidriera.
Lo abrazas y cobijas,
lo atrapas como la hiedra.
Te recorre resucitando
de su prisionera vida,
amarrada a la ciudad de asfalto,
y de aires agobiantes.
Lo atrapas y acaricias,
lo haces dichoso, lo sueltas,
luego vuelve ... a buscarte!.
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