lunes, 17 de septiembre de 2012

Suelo ajeno...


Decidí ir tras tus pasos
batiendo alas y dando zancadas
tratando de alcanzar tus ojos,
y lo logré.
En un incesante burbujear de mi sangre
de mis entrañas locas por tu piel.
Y logré quedarme arrancando todo el pellejo de pasado
que hacía de lastre.
Quizás en ese momento de incesantes fulgores, quebrantos,
alegrías y delicias perdí el horizonte de mi vida anterior, para tener otro.
El que anduve buscando tantas veces.
Y te encontré, y me recibiste con esa tranquila mirada, y esa sonrisa que me hace conocer la paz.
Y miré al mundo con otros ojos, sabiendo que dejaba atrás una vida, llena de recuerdos alegres y tristes, como una maleta sin fondo de la que se siguen sacando cosas aún cuando parece estar vacía.
Y me pregunto ahora que hago con mi soledad?
Reciclo mis silencios en voces interiores que me llaman y despedazan mi ser.
Dónde te has ido?
En qué lugar del infinito estás.
Cómo comienzo mis días sin tu presencia, si no sé en qué hora el alba comienza?

Cómo doy los pasos siguientes, los que me llevan a la vida real, sin tu mano que guíe?

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