Decidí ir tras tus pasos
batiendo alas y dando zancadas
tratando de alcanzar tus ojos,
y lo logré.
En un incesante burbujear de mi sangre
de mis entrañas locas por tu piel.
Y logré quedarme arrancando todo el pellejo de pasado
que hacía de lastre.
Quizás en ese momento de incesantes fulgores, quebrantos,
alegrías y delicias perdí el horizonte de mi vida anterior, para tener otro.
El que anduve buscando tantas veces.
Y te encontré, y me recibiste con esa tranquila mirada, y esa sonrisa que me hace conocer la paz.
Y miré al mundo con otros ojos, sabiendo que dejaba atrás una vida, llena de recuerdos alegres y tristes, como una maleta sin fondo de la que se siguen sacando cosas aún cuando parece estar vacía.
Y me pregunto ahora que hago con mi soledad?
Reciclo mis silencios en voces interiores que me llaman y despedazan mi ser.
Dónde te has ido?
En qué lugar del infinito estás.
Cómo doy los pasos siguientes, los que me llevan a la vida real, sin tu mano que guíe?
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