miércoles, 23 de julio de 2008

Las ratas de las ciudades.


Existen en todas las ciudades, sean grandes o pequeñas, las ratas cuya peste va tocando todo lo que hay a su alrededor. Y no me refiero a las ratas que hay en las alcantarillas que las hay y muchas, sino a las otras, las de dos patas que caminan erguidas, sumidas en su orgullo de ser más que los otros. En esas que pululan cerca del dinero, de las posesiones, de la gente crédula. Hacen creer que son leales, legales, desenfadados, pero su fondo es de deslealtad, de ilegalidad, y de miseria.
Su ruin transitar por este mundo deja a diestra y siniestra cadáveres, de gentes sinceras, miedosas, y creyentes. Hacen su verso desde el púlpito de lo real, de lo que es así pero en realidad es asao.... jamás hablan con el corazón abierto sino con los ojos bajos escondidos en el rostro inerte. Se multiplican como ratas, se transforman en ratas, comen como las ratas, caminan como las ratas y viven como las ratas. ¿Vendrá algún día el flautista que las erradique? Espero poder ver alguna de ellas idiotizada siguiendo a algún encantador que las lleve lejos de la gente que quiere vivir en paz.

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