En un rincón marcando las horas muertas, en un rincón esperando que el pasado sea presente, que el brillo vuelva y haga mecer el péndulo. En ese ríncón , en esa esquina del espacio, buscando su tic tac, entre las telarañas de la vida, está este reloj.
Reloj que otrora fuera traído en la espalda del dueño de casa, a pedido de su mujer... hace tanto tiempo ya quizás unos ochenta años..... y ahí está esperando ser cargado por alguien que quiera darle la sorpresa a su amada.... que quiera contar los días nuevos, los momentos mágicos de amor y cariño, los minutos largos de los sinsabores, las horas cortas de las alegrías... y ahí espera sabiéndose lujoso, hermoso e imponente, guardando su belleza detrás de su péndulo, detrás de su carrillón .... Espera como todo lo pasado, ser nuevamente querido...
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